Avís important

L’1 de novembre de 2014, el Partit dels i les Comunistes de Catalunya va acordar la seva dissolució com a partit polític i la cessió de tot el seu capital humà, polític i material a una nova organització unitària: Comunistes de Catalunya.

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ANTONI BARBARÀ

3,5 millones de personas en las calles contra la reforma de las jubilaciones

Éxito del día de huelgas y manifestaciones contra la reforma de las jubilaciones .
Con 3,5 millones de participantes en 277 manifestaciones –en aumento respecto del 12 de octubre-- y con una participación en las huelgas que implican en gran medida asalariados del sector privado como del público, el sexto día de movilización contra la reforma de las jubilaciones confirma la solidez del movimiento en el país.

Según los sondeos efectuados a la víspera de este día, un 71% de las francesas y franceses apoyan las manifestaciones, Nicolas Sarkozy bate su marca de impopularidad desde 2007, con un 69% de opiniones negativas.

“El sexto día de movilización interprofesional unitario de manifestaciones y de huelgas desdeinicios del otoño es inapelable: ¡ los asalariados no quieren esta reforma de las jubilaciones ! . (...) La fuerza, la firmeza tanto en las empresas públicas como privadas y el nivel de movilización en curso lo demuestran que lo que ahora se ha instalado en el país es un extenso movimiento unitario que lleva la exigencia de justicia social. “declara el CGT.
Las organizaciones sindicales se reunirán jueves 21 para decidir las consecuencias del movimiento.


Una epidemia reformista neoliberal y antisocial

Los medias de estos días informan, inevitablemente del fenómeno. Lo hacen, desde sus indicaciones editoriales, con mala gana. Las llamadas “pautas” o “criterios” de sus empresas se ajustan milimétricamente al guión preestablecido a la hora de desinformar a la ciudadanía sobre cualquier acontecimiento que incite al mal ejemplo, a la insurrección, a la rebeldía frente a la ristra de decretos y legislaciones antisociales e injustas que están liquidando aquel loado y ponderado estado del bienestar. En España podríamos dejarlo en “relativo malestar, si bien controlado, pactado y antes compensado por anestésicos diversos”.

Pues bien, de ese paradigma virtual y discutible no van a dejar, en esta Europa, ni los enunciados. Los contenidos se van liquidando de forma implacable y sistemática, aquí, por este gobierno Zapatero que ha entrado definitivamente en una espiral de sadismo esquizoide para con todas sus bases, ideológicas, históricas, político- sociales, militantes y electorales.

Es por todo ello que la lectura y el análisis de los acontecimientos de la situación francesa resultan hoy más relevantes que una simple interpretación para politólogos.

All cierre de la sexta movilización general del país, adjunto un par de textos de fuente contrastada y fiable. Unos que me llegan directamente de amigos y camaradas franceses, y otro como valoración de campaña de la CGT, sindical mayoritaria gala.

De esos argumentos y valoraciones y de las informaciones de prensa convencional podríamos empezar a situar ya algunas consideraciones en relación a nuestra realidad.

Francia, Espàña, Europa...
Similitudes y diferencias notorias que pueden ayudar a aclarar cada diagnóstico y pronóstico. A título puramente descriptivo y a modo de provocación para nuevas y actuales reflexiones (como hizo el amigo Alfredo Bienzobas hace unos días), os sugiero algunos datos.

En Francia el núcleo de la batalla está en una pretensión de retraso de jubilación de los 60 a los 62 años, mientras en España estamos en los 65 hacia los 67. Allá las movilizaciones son de continuidad y se van decidiendo de forma autónoma y puntual en función de cada realidad diaria, en número y carácter, mientras aquí programamos la “única” huelga general con tres meses de incubación y en principio a una sola tirada. En Francia la sociedad manifiesta no solo su comprensión sino su apoyo a la las huelgas en un 70 % de la población… aquí, a falta de cifras fiables, constatamos dificultades severas para ser atendidos y apoyados.

La juventud

Allí, aun tratándose de una cuestión que afecta a los asalariados de cierta edad y pensionistas, la juventud, desde la enseñanza secundaria y por supuesto la universitaria, conscientes de su condición de carne de precariedad y paro, se lanza a la calle en solidaridad con los trabajadores, los sindicatos y haciendo suya la causa social. Aquí, con honrosas y reconfortantes excepciones, el “estudiantado” no se implica en la protesta y solo protesta de las dificultades del día de huelga para acceder a las aulas (algunas con profesores ausentes por huelga). La conjunción de la lucha obrera y estudiantil es para una generación como la mía algo substancial e imprescindible, como se demostró en la lucha antifranquista, como se constata en la práctica reivindicativa francesa.

Frente a la desinformación, ¡ unidad !

Allí y aquí la prensa intoxica, y lo hace en el doble sentido: no servirá para nada, y los manifestantes son vándalos antisistema (y anti demócratas en boca del demócrata Sarkozy). Como aquí se pretende introducir elementos de utilidad pactista, pragmatismo negociador, rendición con anestesia, y sobretodo atacando al sindicalismo de clase. En esa perversa estrategia hay que decir que tanto allá como aquí la unidad sindical no solo no ha caído en las trampas de antagonismos estériles sino que se ha fortalecido. Igualmente la impregnación de lo político en el movimiento obrero y de lo obrero en las organizaciones de las izquierdas políticas han sido o están siendo asignaturas resueltas con muy buena nota.

En Francia la unidad de las distintas fuerzas sindicales encabezadas por las más poderosas CGT y CFDT son ejemplos de inteligencia a perseverar. Allí, además se está viviendo un interesante proceso en lo político con un esperanzador “rassemblement” –reunificación de fuerzas de izquierda en el Front de Gauche (Frente de izquierdas), con el PCF a la cabeza (pero sin dar cabezazos a nadie), pero también en el debate interno de la socialdemocracia del PSF en esa vieja disyuntiva de ser “la derecha de la izquierda o la izquierda de la derecha” y que pasa por la línea divisoria de la sumisión neoliberal, o no, y el desmantelamiento de lo social y lo público , no.
Así pues de forma breve y nada exhaustiva señalar como la unidad es elemento clave y ahí vamos bien.

Nuevas fórmulas para viejos problemas

Y otro determinante: en Francia se han constituido en estrategia de fuerzas diversas y heterogéneas y por lo tanto con acciones diversas y heterogéneas, pero con la voluntad de coordinación y de resistencia en el tiempo. No se trata solo de una buena jornada de huelga o una buena movilización sino de la suma de todo y en la continuidad que exija la batalla con el gobierno… durante el tiempo necesario… hasta la victoria. Nuestros amigos y vecinos saben y entienden mucho de eso de convocar huelgas hasta ganarlas. Y sus gobiernos también lo saben y lo atienden…

Además cada día con fórmulas más inteligentes y más imaginativas: huelgas de 59 minutos frente a normativas punitivas si se supera la hora, o de media jornada, o a días alternos, o como mejor resulte en costos económico a la patronal de cada sector (y menor penalización a los trabajadores). Saben que con medias jornadas de huelga en la descarga de gas en los puertos no pueden establecerse logísticas de descarga completas… así que no se descargan los barcos. O que decir tiene sobre como tratar el suministro de carburantes. O los medios de transporte público. O la comunidad educativa. O… El futuro pasa por esa adecuación al terreno concreto, a cada terreno, a cada sector, a cada empresa, a cada situación…

Insistir, perseverar, plantar cara

El futuro de la lucha es la victoria. Como dicen jugando con las palabras la “Grève- huelga” es también el Rêve –sueño (por aspiración i utopía). Se nota que llevan más entreno de democracia que nosotros. Se notó en el resultado del referéndum pos/contra una Constitución europea, que mandaron a la cloaca, y se nota en este momento histórico de la batalla contra el neoliberalismo salvaje. Así lo ve también Àngels en Punts de Vista

Iba a acabar con el previsible Vive la France! pero hay que ser más riguroso (que eso también lo dice Sarkozy y Le Pen !) y mejor cerrar diciendo ¡ Vive la classe ouvrière! A votre santé: debout ! Dempeus !

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