
XAVIER CAÑO TAMAYO (BOLPRESS)Según Transparency International,  la corrupción amenaza gravemente la recuperación económica. Y la  mayoría de los 180 países analizados en el último informe sobre  corrupción en el mundo de esta organización suspenden. Los más  corrompidos son casi siempre los más empobrecidos, pero también hay  países ricos, con bajos índices de corrupción en casa, pero no así  cuando sus empresas actúan en otros Estados. Ahí sobornan a placer.Corrupción  es soborno a funcionarios o políticos que influyen en la adquisición de  bienes y servicios para el Estado; es apropiación de fondos públicos  por funcionarios o políticos; es desvío de capital público a cuentas  propias; es manipular o cambiar datos e informaciones para participar en  concursos públicos en beneficio propio; es distribuir arbitraria e  injustamente beneficios legítimos…Contra  la idea generalizada de que la corrupción es propia de países  empobrecidos o emergentes, los multimillonarios trapicheos y latrocinios  varios de Eurostat, Enron, World Com y otros tantos hace pocos años,  más, muchos más hace poco en Estados Unidos y Europa, convierten la  corrupción en una pandemia de países desarrollados, aunque no lo  reflejen las listas de Transparency Internacional.Otro  cáncer de la economía es el fraude fiscal. En Alemania, en 2008 se  descubrió que buena parte de la clase empresarial llevaba años  defraudando a Hacienda miles de millones de euros anuales. Miles de  millones. Lo hacían por medio del banco LGT de Liechtenstein, propiedad  de la familia real de ese principado de opereta. Sólo es un ejemplo  entre miles. Pero cada año, América Latina, por ejemplo, pierde unos  50.000 millones de dólares por evasión de impuestos de empresas  transnacionales que operan en esa región. Según el Observatorio de  Responsabilidad Social Corporativa de la organización internacional  Attac, los países más pobres dejan de ingresar unos 200.000 millones de  dólares anuales por fraude fiscal. Esos millones defraudados se guardan  en paraísos fiscales: el tercer cáncer.Lista negra de paraísos fiscalesEn  febrero del año pasado, el G20 prometió erradicar los paraísos  fiscales. La canciller alemana Merkel anunció que habría una lista negra  de paraísos fiscales que no colaboraran y el presidente francés Sarkozy  amenazó con sanciones a esos centros. No pasó nada. En cambio, hace  medio año, el G-20 proclamó que los paraísos fiscales no serán  considerados tales si firman convenios para aportar información  tributaria, pero sólo si algún Estado la pide. Y además, los paraísos  fiscales son los segundos clientes de la Eurozona, los Estados europeos  con el euro como moneda. No sólo no sanciona, sino que Europa hace  negocios con los cómplices de la evasión fiscal que le resta ingresos.Hay  38 paraísos fiscales según la OCDE y, entre ellos destacan Gibraltar,  Andorra, Mónaco, Liechtenstein y las islas de May y Yérsey en el Canal  de la Mancha. En la vieja Europa. Por tanto, lo que se diga contra  paraísos fiscales es falso mientras los haya en Europa. Mientras haya  secreto bancario. Mientras no se arrincone a los paraísos para que dejen  de ser la cueva de Ali Baba de la economía mundial.Lo  único que se puede hacer con los paraísos fiscales es deshacerlos.  ¿Imaginan que un médico propusiera tratar un cáncer no haciendo nada?  Pues eso proponen Europa y el G20 hacer con los paraísos. Nada.Declaraciones  contra los paraísos fiscales que no vayan acompañadas de medidas contra  determinadas prácticas, conductas y actuaciones bancarias y financieras  son humo. Es necesaria más información sobre lo que hace la banca en  los paraísos. Hay que prohibir las filiales y delegaciones de bancos,  cajas de ahorro y grupos empresariales en los paraísos. También hay que  poner coto a las sociedades instrumentales que hacen posibles numerosos  delitos porque son territorio de paso de miles de millones de dólares de  la corrupción, de la evasión fiscal y del blanqueo de dinero criminal o  terrorista… Y hay que negar personalidad jurídica a esas sociedades  pantalla de paraísos fiscales e impedirles intervenir en el comercio y  el movimiento financiero internacionales. Eso son medidas contra los  paraísos fiscales; lo demás son cantos de sirena.Cuando  veamos que G20, Unión Europea, FMI y entidades similares van a por  ellos, entonces creeremos que quieren superar la crisis. Y no harían  falta programas de recortes.Etiquetes de comentaris: Treball i Economia